por Mariano Celada, profesor de Bachillerato
En 2018 una noticia causó un enorme revuelo en la comunidad científica. Un grupo de físicos en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), en Cambridge (EEUU), liderados por el investigador español Pablo Jarillo, habían descubierto una nueva propiedad, totalmente inesperada, del grafeno, que abría la puerta a revolucionar la transmisión de energía y el campo de la física teórica.
Por ese descubrimiento y su trabajo con este supermaterial, ahora Jarillo acaba de ser galardonado con el Premio Wolf en ciencias y arte que otorga la Fundación israelí Wolf, y que está considerado la antesala de los Premios Nobel.
Se le ha otorgado, reza en el comunicado de prensa en que se anuncia el premio, “por su trabajo teórico y experimental pionero sobre el grafeno bicapa girado que, entre otras cosas, conducirá a una novedosa revolución energética”.
“Es un reconocimiento a mi grupo de investigación y al trabajo que estamos haciendo, aunque yo sea la cara visible”, afirmó Pablo. “Cada premio que nos conceden es una responsabilidad de seguir haciendo las cosas bien, mejor, e intentar motivar e inspirar a más gente joven para que se dedique a la física, a investigar. Es casi una obligación que tenemos”, añadió.
Los dos físicos teóricos que han recibido el Premio Wolf junto a Jarillo habían predicho que si se colocaban dos capas de grafeno, una sobre la otra, con un ángulo determinado de rotación que se podía variar, se debería producir un comportamiento nuevo de este supermaterial. Jarillo y su grupo quisieron demostrarlo y comenzaron a realizar experimentos con “ángulo mágico”. Dispusieron dos láminas de grafeno giradas con un ángulo mágico, de 1,1 grados. En esa disposición únicamente, el grafeno es capaz de conducir electrones sin resistencia. Se convierte en un superconductor, un material capaz de transportar electricidad sin pérdidas. Esa propiedad, la superconductividad, podría revolucionar la transmisión de energía, los sistemas de transporte e incluso, por ejemplo, los escáneres en medicina.
Así explica Pablo Jarillo lo que es el grafeno:
“Es un material bidimensional que tiene un átomo de grosor y que está hecho de átomos de carbono. Para que se entienda bien, podemos hacer un símil con una baraja de cartas.
Una baraja de cartas es un material tridimensional que está hecho de materiales bidimensionales, que son las cartas. Si las pones una encima de la otra tienes una baraja. Siguiendo con la analogía, el grafeno sería una carta y el grafito, de lo que están hechas las minas de los lápices, el material tridimensional. Cuando tú escribes con un lápiz es como si cogieras una baraja de cartas y la extendieras sobre una mesa, dejando un trazo. El grafeno es como una carta de la baraja, sólo que en este caso la baraja está hecha de planos atómicos”.

Pablo Jarillo-Herrero nació en Valencia en 1976. En una entrevista reciente a su padre lo primero que dijo es que fue alumno de los jesuitas en Valencia, primero en las Escuelas San José de la pista de Ademuz, y luego el BUP y COU en el Colegio, junto al Botánico de Valencia.
Estando en COU en 1994 en el Colegio, le animé a que se presentara a las Olimpiadas de Física y se clasificó para la final de España, que ese año se celebraban en Valencia. En ellas consiguió una Medalla de Plata.
Fue en el Colegio de jesuitas donde Pablo descubrió su pasión por la física como todavía recuerda su padre: “Un profesor de los que ya van quedando pocos tristemente, lo cogió, lo preparó bien… Y cuando terminó (COU), en vez de meterse a estudiar Biológicas (que parecía ser su vocación inicial) se metió a estudiar Física y ha hecho así su carrera”.
La última vez que nos vimos, ya hace algunos años, fue aquí en las Escuelas S. José y hablando de las clases de física en el Colegio, aún recordaba muchas de las cosas que yo les decía. Mencionó mi empeño en que siempre planteasen el problema mediante un esquema gráfico y fuesen justificando todos los pasos que tenían que dar, aplicando los principios y leyes de la física, hasta llegar al resultado final que debían comprobar si era compatible con el enunciado y verosímil.
A veces la rutina de las clases hace que nos olvidemos de la gran labor que desempeña el Colegio y los profesores en un momento clave de la vida de estos chicos, en la que tienen que tomar una de las decisiones más importantes de su vida: elegir su carrera profesional.
Saber detectar las cualidades de cada uno de ellos y animarles a desarrollarlas les ayudará a conocerse mejor y a tomar la decisión adecuada.
Aunque, a lo largo de nuestra vida profesional, pasan por nuestras aulas muchos alumnos, aún recuerdo aquel Pablo adolescente que ya mostraba una gran inquietud y curiosidad por las Ciencias. Esa curiosidad y rigor en el trabajo, que no perdió nunca, le ha llevado a ser uno de los más grandes en su campo.
Pablo es un ejemplo para todos los alumnos de cómo la perseverancia y el trabajo pueden ayudarles a cumplir ese sueño que ahora ven tan lejano.
Además, los alumnos como Pablo, nos hacen recordar a los profesores-educadores que nuestros actos y nuestras palabras les acompañarán toda su vida.